viernes, 15 de julio de 2022

Presentación de CasaDores, de Estela Valido (ed. Distrito 93)



Estela Valido es el seudónimo de Ana Joyanes, Miguel Ángel Brito,
Ángeles Jiménez, Teresa Giráldez e Inma Vinuesa

«¿Cuánto pagarías por matar a alguien? ¿Cuánto, por verlo morir?
La crueldad más extrema puede encontrarse a la vuelta de la esquina, en las calles de cualquier barrio de una ciudad cualquiera, tras las paredes de cualquier casa, de cualquier bar.
Todos llevamos un voyeur en nuestro interior. CasaDores te permitirá ver a través de la rendija de la puerta de un almacén o el visor de un fusil las pasiones más abyectas que esconden personas corrientes, el coraje que pueden mostrar seres humillados y acorralados. A través de sus páginas vivirás en primera persona la emoción de la caza, el dolor del desarraigo y la pérdida, el desprecio al extranjero, el terror ante la muerte inminente, la embriaguez que proporciona la venganza Sentirás el frío de aquellos para quieres un ser humano es solo una presa más».

«Se marcha el último cliente del bar CasaDores, pero la actividad no he terminado. La trastienda bulle, se prepara para una noche larga y excitante.
Vidas paralelas. La cara que todo el mundo conoce oculta otra muy distinta: oscura.
Seres perdidos que no encajan en su propia existencia.
Negocios secretos, aficiones innombrables.
La noche acaba de empezar».

Estela Valido es el seudónimo adoptado por los cinco coautores: Ana Joyanes, Ángeles Jiménez, Miguel Ángel Brito, Teresa Giráldez e Inma Vinuesa.
Sus perfiles profesionales son muy diferentes: dos médicas, un farmacéutico, una bioquímica y una fisioterapeuta unidos por la misma pasión, escribir.
Han escrito de manera conjunta varios libros de relatos cortos, como Historias fonendoscópicas, Crónicas del Acojeja o Entrepáginas, junto con otros autores. También han participado en diversas antologías, así como en publicaciones individuales.

viernes, 10 de junio de 2022

Presentación de Puntadas con hilo (ed. Idea)

 

Puntadas con el hilo de las palabras que flotan ajenas a los tiempos y espacios del mundo, aunque incrustadas en cada minuto y en cada lugar que haya habitado el ser humano. Palabras dispuestas a reinventarle al hombre sus andares terrenales para conducirlo a los caminos que transita el espíritu. Palabras mágicas que siempre consiguen crear nuevos senderos, tan reales como los que nos gastan cada día los zapatos. Palabras brujas capaces de repartir conjuros.


Este libro está cosido con las puntadas del hilo de los cuentos, de los relatos que regala la gente en su caminar por la vida, de la suya o de la de otros. Cuentos inventados con esos restos deshilachados escuchados al pasar. Recosidos con las puntadas mágicas que solo pueden dar las palabras.

Los relatos están entretejidos con la vida, empezando por la muerte, que es la que da sentido al resto; la vejez, antesala de la muerte o triunfo de una vida plena; el amor, que todo lo enreda, pero con redes en las que todos deseamos caer; la enfermedad, escollos que nos enseñan a vivir si sabemos leer entre sus líneas; las historias de los pueblos enhebradas por los duendes, o de las comunidades de vecinos; también el desamor, quizá el abono del amor siguiente; y el arcoíris, que cierra este recorrido de matices esperanzados. 

            La idea de hilvanar estos textos surgió en verano, en las sobremesas refrescadas con helados al ron, esas en las que todo es posible. Tardes en las que la brisa que mueve apenas las olas suaviza el bochorno recalentado por el sol salvaje del mediodía. Aires que tratan de retrasar hasta la noche las explosiones de los fuegos artificiales para rendir tributo a la Virgen de agosto. Atardeceres enrojecidos detrás de los tarajales que parecen susurrar nuevas historias. Espacios que nos gustaría retener, pero que se nos escapan porque solo se detienen en sí mismos. Tiempos por los que suspiraremos hasta el siguiente encuentro, siempre puntuales si estamos presentes, si no nos distraemos en una vida sin historias.

           Mis historias son inventos reales como la vida, que también se inventa, juegos malabares con palabras revoltosas, provocadoras de puro artificio. Espero que hagan disfrutar al que se detenga a contemplarlas tanto como me han hecho a mí disfrutar hilándolas.