«[...] es algo muy simple, que puede suceder en plena realidad cotidiana [...]. Es algo absolutamente excepcional, de acuerdo, pero no tiene por qué diferenciarse en sus manifestaciones de esta realidad que nos envuelve. Lo fantástico puede darse sin que haya una modificación espectacular de las cosas. Simplemente para mí, lo fantástico es la indicación súbita de que, al margen de las leyes aristotélicas y de nuestra mente razonante, existen mecanismos perfectamente válidos, vigentes, que nuestro cerebro lógico no capta, pero que en algunos momentos irrumpen y se hacen sentir.
Un hecho fantástico se da una vez y no se repite; habrá otro, pero el mismo no vuelve a producirse. En cambio, dentro de las leyes habituales, una causa produce un efecto y, dentro de esas mismas condiciones, se puede conseguir el mismo efecto partiendo de la misma causa. Estiro la mano y muevo esta mesa, cincuenta veces. Pero el hecho fantástico se da una vez porque, evidentemente, responde a un ciclo, a una serie de acciones e interacciones que escapan completamente a nuestra razón y a nuestras leyes. Y, sin embargo, se llega a sentir como presente, pero por la vía intuitiva y no por lo racional».
Entrevista de Ernesto González Bermejo, Conversaciones con Cortázar, 1978.